Es cierto, el Coronavirus ha sido un mazazo para todos. Ha obligado a todo el mundo, además literalmente, a frenar en seco, y enfrentarse a una crisis sanitaria, económica y social como nunca antes habíamos vivido. De todos modos, esta pausa forzada ha traído consigo ciertos aspectos buenos. Por ejemplo, la reducción de los fallecidos en las carretera durante los últimos meses.

Este virus ha hecho que la mayoría de gente deba replantearse su manera de vivir, dejar de lado el trabajo, la rutina, aislarse del mundo y de quienes más queremos. Ciertamente es complicado sacar de esta pandemia algo positivo… Pero si que hay ciertos aspectos que, dentro de la catástrofe, han resultado buenos para la sociedad, uno de ellos ha sido la reducción de accidentes de tráfico.

¡Y es que las cifras no engañan! Según la DGT, se reducen un 86% los desplazamientos de largo recorrido y en consecuencia hay un 52% menos de fallecidos en nuestras carreteras.

La semana santa, que acostumbraba a ser una fecha señalada por el incremento de accidentes de tráfico, este año será recordada de manera histórica. No solo por la llegada del Covid-19, sino porque ha significado una impresionante reducción de los accidentes, pasando de los 27 que se registró el año pasado, de los cuales hubo 27 fallecidos a 9 accidentes y 13 fallecidos este 2020.

La misma reducción se ha visto en las víctimas vulnerables, como peatones o ciclistas, con un 13% de mortalidad respecto al 36% del año anterior.

Si nos remontamos al primer mes de confinamiento, durante el periodo del 15 de marzo a 13 de abril, hemos tenido 13 días con 0 fallecidos. En esas mismas fechas del año pasado no se registraron días sin fallecidos.

En definitiva, esto nos debe hacer reflexionar, sobre las prisas y el ritmo de vida que llevamos habitualmente y que, en su gran mayoría, son culpables de que cada año registremos víctimas en la carretera.

Desde Alas Estaciones, deseamos una vuelta a la normalidad sin víctimas, que seamos conscientes de que a veces es mejor “pausarse” para evitar desgracias mayores. ¡La responsabilidad es de todos!