La evolución de las gasolineras

En pleno siglo XXI, encontrar gasolineras y estaciones de servicio donde realizar repostajes en carretera es algo de lo más habitual. Sin embargo, esto no ha sido siempre así, pues no fue hasta 1900 que comenzó la venta de combustible.

De este modo, fue a principios de este siglo cuando surgió la primera gasolinera, y lo hizo de una forma ciertamente curiosa.

Por aquél entonces no existían lugares específicos dedicados al repostaje de vehículos. De manera diferente, se podía obtener carburante en las farmacias, ya que se consideraba que estos establecimientos debían gestionar todos los químicos derivados del petróleo.

Es por eso que se detuvo en una farmacia en la que poder proveerse, y era la primera vez que un vehículo lo hacía después de un viaje de esa envergadura.

Desde entonces, los automóviles se encontraban en auge y fue por eso que cada vez el número de puntos de venta de carburante eran más.

Aun así, la metodología del repostaje era ciertamente distinta. Eran los propios conductores quienes llevaban consigo sus recipientes, que podían ser garrafas o botellas. Una vez llenos, los vaciaban en el depósito de sus vehículos ellos mismos.

Algunos años más tarde surgieron los primeros surtidores. Progresivamente estos puntos de repostaje fueron aumentando, y también la distancia con respecto a la ciudad.

En la actualidad, las gasolineras han evolucionado mucho hasta convertirse en algunos casos en estaciones de servicio. En ellas se pueden encontrar varios tipos de carburantes, además de puntos de recarga para vehículos eléctricos, sistemas de lavado, cafetería…

Como quizás ya sabéis, Alas Estaciones es una red de estaciones de servicio con larga trayectoria en el suministro de carburantes. Por ese motivo, contamos con distintas estaciones provistas de una gran variedad de servicios para que al visitarnos os sintáis como en casa.

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