El combustible es un líquido cuyo volumen varía en función de la temperatura debido a la expansión térmica. Cuando el combustible se calienta, su volumen aumenta, lo que provoca que ocupe más espacio al estar a mayor temperatura. Por el contrario, cuando la temperatura disminuye, el volumen del combustible se reduce, volviéndose más denso.
Impacto en el Precio y la Eficiencia
El precio del combustible se calcula generalmente en base al volumen (litros) y no a la densidad del mismo. Esto significa que, cuando el combustible se encuentra a temperaturas elevadas, como ocurre durante el mediodía o por la tarde, su volumen es mayor, lo que implica que, por el mismo precio, se obtiene un menor contenido energético por litro.
Además, con las altas temperaturas, como cualquier otro líquido, el combustible tiende a evaporarse más rápidamente, lo que genera una pérdida adicional de combustible y reduce la eficiencia general del vehículo. Esto puede provocar un aumento en el consumo de combustible, ya que la evaporación del líquido disminuye su densidad y, en consecuencia, la cantidad de energía disponible.
Por el contrario, cuando el combustible se encuentra a temperaturas más bajas, como por la mañana temprano o por la noche, su densidad aumenta, lo que significa que, por el mismo volumen de combustible, se obtiene una mayor cantidad de energía. De esta forma, llenar el tanque en las horas más frescas resulta más eficiente, obteniendo así, un mayor valor energético por cada litro adquirido.
En resumen, para maximizar la eficiencia y optimizar el rendimiento económico del repostaje, es recomendable llenar el tanque en las franjas horarias de temperaturas más bajas.
En Alas Estaciones, nos preocupamos por la eficiencia de su depósito.
Esperamos que estos consejos le ayuden a conocer, un poco más, qué repercusión tienen las temperaturas en el combustible de su vehículo.
¡No olvide pasar por nuestras estaciones!