A menudo se apura hasta la última gota antes de volver a llenar el depósito del coche. ¡Error! Es primordial ir a la gasolinera más cercana en cuanto el piloto rojo se encienda. Si llegamos al borde de quedarnos tirados en la carretera, los componentes del sistema de alimentación de combustible pueden sufrir averías con un coste muy considerable. Lo que tenía que servir para ahorrar puede salir caro.

Cuando repostamos el combustible, gasolina o diesel, sale de la manguera y llega al depósito de combustible del coche. No obstante, para que el combustible queme debe encontrarse en el interior del motor. Para ello la gasolina sale del tanque de donde es extraída. El combustible viaja por las líneas de combustible hasta los inyectores, por donde es introducido en el interior de los cilindros.

Si los niveles de gasolina están muy bajos, la bomba de combustible necesita hacer mucho más esfuerzo para absorber el líquido del tanque. Además, la gasolina refrigera la bomba cuando pasa a través de ella y un nivel muy bajo de combustible puede hacer que se formen burbujas de aire, impidiendo la correcta refrigeración de la bomba y aumentando las posibilidades de fallo prematuro. El esfuerzo extra de la absorción de gasolina para un tanque casi vacío también acorta su vida útil.

Cambiar la bomba de refrigeración resulta una inversión muy cara y para ello debemos planificar nuestra visita a la gasolinera más cercana. Prevenir que el depósito quede vacío resulta simple con la ayuda de la propia tecnología del automóvil.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies