Ir a poner gasolina es un ejercicio habitual que todos hacemos a menudo. Pero, ¿nos protegemos lo suficiente? Cuando vamos a la gasolinera, es normal ver cómo la gente se pone un guante para coger la manguera, pero en cambio, no es habitual ver a la gente con mascarillas.

Esta situación expone al usuario y más aún, a cualquier trabajador de gasolinera, frente a un serio riesgo de desarrollar problemas de salud. Los vapores de la gasolina, pueden ser muy perjudiciales ya que contienen muchos productos químicos nocivos.

Los riesgos de inhalación de gasolina incluyen por ejemplo, el desarrollo de daños neurológicos, dolores de cabeza, mareos, entre otros.

No obstante, todos estos riesgos relacionados con la inhalación de los vapores que desprende la gasolina, pueden quedar reducidos con el uso de máscaras, gafas guardia y botas de seguridad.